Comprar una propiedad en Puerto Vallarta es una de las mejores decisiones patrimoniales que puedes tomar, pero también debe hacerse con cuidado. Aquí te explico con más profundidad cómo proteger tu inversión y dormir tranquilo.


1. Inspección estructural y técnica

No te quedes solo con la apariencia o la vista. Contrata un arquitecto o ingeniero estructural local para revisar:

  • Estado de techos y posibles filtraciones (importante en zona costera)
  • Instalación eléctrica (fusibles, tierra física, capacidad para A/C)
  • Presión y calidad de tuberías de agua
  • Piscina y sistema de filtrado, si aplica

El clima salino y húmedo puede acelerar el desgaste, por eso es esencial un chequeo técnico antes de cerrar trato.


2. Avalúo profesional

Un perito valuador registrado ante el gobierno mexicano te dará un avalúo comercial oficial, que no solo te servirá para saber si el precio es justo, sino que también facilita procesos fiscales o para gestionar un seguro.


3. Diligencia legal exhaustiva

Asegúrate de:

✅ Revisar el título de propiedad (escritura) y su historial registral para descartar litigios.
✅ Verificar pagos al corriente de predial, agua, luz y cuotas de condominio.
✅ Si compras en preventa, examina el permiso municipal, el plan de desarrollo y el contrato de obra.

Si eres extranjero, tu abogado y el notario te ayudarán a constituir el fideicomiso bancario, o en algunos casos, una empresa mexicana si buscas un proyecto mayor (como renta comercial).


4. Contrato de compraventa detallado

El contrato debe contemplar:

  • Cláusulas claras sobre precio, plazos, penalizaciones y entrega.
  • Responsabilidad en caso de daños descubiertos antes del cierre.
  • Inventario si compras amueblado.

Un buen abogado inmobiliario hace toda la diferencia para evitar sorpresas desagradables.


5. Contempla la parte fiscal

  • Si planeas rentar, necesitarás registrarte ante el SAT (servicio de impuestos mexicano).
  • Pregunta por el ISR al momento de la reventa y cómo aplicar exenciones.
  • Evalúa si conviene tener un contador local para declaraciones anuales, especialmente si eres extranjero con ingresos fuera de México.